VIAJE EN ANACRONÓPETE FLAMENCO #17
¿DE LÉONIDE, DE VICENTE O DE FÉLIX?
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a la izquierda fotografía de Vicente Escudero en 1928 / a la derecha un dibujo de Juan Esplandiú en La Gaceta Literaria, 1 de junio de 1930 |
<<El arte de Vicente Escudero no es eso. Es un arte cerebral, trabajado, estilizado, preciso. Baila con una exactitud que pudiera llamarse científica. Las matemáticas no están muy lejos de los pies de este bailarín. Vicente Escudero, piensa sustituir la música que acompaña sus bailes por el ruido de un motor. Cambio perfectamente lógico, si se tiene en cuenta la raíz mecánica
BAILE DE LOS MOTORES - ROMANCE AL MOLINO - TIENTOS - FARRUCA
Escudero nos presenta el baile “Romance al molino” diciendo:
<<Este baile flamenco es quizás la manifestación más antigua que se conoce, pues parece ser que en el siglo XVII se bailaba en algunos pueblos de la provincia de Cádiz un romance al Molino. Consistía en que un día señalado,
le cantaban al Molino unos mozos mientras otros bailaban al ritmo que producían las aspas y el cante. Inspirado por esta escena yo me he permitido llevar a las tablas o escenario una reconstitución que se podría calificar de simbólica>>
<<...en sus zapateados sin acompañamiento musical alguno, en el fuertemente rítmico "Baile Romance al molino" del Siglo XVIII>>
<<...de los ritmos primitivos flamencos, subrayados por Escudero sin necesidad de acompañamiento musical alguno; de los típicos “Tientos del molino">>
<<Estaba también, por supuesto, el zapateado sin música, que nunca es dos veces igual, pero siempre brillante y rítmicamente fascinante; y los sorprendentes “Tientos del molino”, bailados al ritmo de un molino con un poco de cante entre bastidores>>
<<De ahí su afición a simplificar, a valerse únicamente de los elementos puramente indispensables, y de ahí también sus danzas sin música, como son los «Ritmos» —portento de pies y manos— y la «Danza del Molinero», ejecutada al ritmo de un motor que imita el ruido de un molino andaluz, y a través del cual, pese a la ausencia da la música, se está escuchando una farruca>>
Félix Fernández García en Sevilla y Vicente Escudero en Valladolid bailando al sonido de las maquinas de las imprentas en las que trabajaron.
Félix Fernández García dicta los ritmos de su baile por farruca a Manuel de Falla para que el compositor gaditano componga la “Danza del Molinero”, que todo el mundo conoce como “Farruca del Molinero” pero que de farruca solamente tiene el ritmo, el aire.
Al pedirle al Maestro Faustino Núñez que nos confirme que la “Danza del Molinero” está en modo flamenco y no en el modo menor que es el de la Farruca, nos dice en una pequeña gran clase magistral exprés por whatsapp (hace 100 años hubiese sido por carta) que:
<<Efectivamente, está en modo flamenco y el aire es claramente “farruquero”. Sin embargo no hay que olvidar que el modo flamenco proviene del menor (la dominante del menor se hizo tónica de un nuevo modo; el flamenco), pero tiene muchas connotaciones con el menor, habiendo incluso una secuencia, la del fagot, que sí está en menor, en este caso el cuarto grado del flamenco, que es la tónica menor. El colorido general es no obstante en modo flamenco. Aquí prima la rítmica sobre lo armónico>>
Escudero nos asegura que: <<...este baile flamenco es quizás la manifestación más antigua que se conoce>> y que lo que él presenta es una reconstitución simbólica de una tradición típica del siglo XVIII, época en la que no aún no existía el flamenco y en la que Pedro Antonio de Alarcón sitúa su novela “El sombrero de tres picos” base del argumento de “Le Tricorne”.
También Pablo Picasso se inspira en la estética goyesca para crear los figurines, maquillaje y escenografía de este ballet.
Vicente Escudero anhelaba llegar a montar su propia versión del ballet completo de “El Sombrero de Tres Picos”
CARTA DE VICENTE ESCUDERO A MANUEL DE FALLA:
The Baltimore Hotel 1 de mayo de 1935. Los Ángeles.
Señor don Manuel de Falla, Granada.
Querido e Ilustre Maestro:
Tengo el honor de saludarle y al mismo tiempo le mando un recorte crítica de mi concierto en Los Ángeles, donde el Baile del Molinero le tuve que repetir tres veces, a propósito de esto vi “el Sombrero de tres picos” en Nueva York por los Ballets Rusos con Massine y mucho salto y mucha cosa pero sin ningún carácter nuestro...
<<El mismo Massine, a quien tanto admiro como coreógrafo, cuando estrenó “El sombrero de tres picos”, de Manuel de Falla, montado totalmente por él con el concurso del Ballet Ruso, la “Farruca del molinero” que bailaba tenía más carácter eslavo que flamenco. Recuerdo que imprimía al final un sentido acrobático muy espectacular, naturalmente para suplir la pobreza de técnica flamenca>>
¿Sabía Vicente Escudero que Massine creó su “Danza del Molinero” con los materiales aprendidos de Félix Fernández García e inspirándose en el propio Félix y el baile que le vieron hacer en el Café Novedades de Sevilla? ¿que algunos de estos saltos eran tomados de Félix y también de los que Ramírez hacía en su Farruca y María la Macarrona en los tangos, ambos bailes filmados por Massine en Sevilla en 1917?, ¿Sabía que se inspiró en el toreo de Juan Belmonte?.
Para Léonide Massine, la farruca era un baile acerca de la vida y la muerte, que era mitad corrida de toros y mitad baile en la que se expresa la ferocidad del toro que embiste y el valor del hombre que lo enfrenta - una lucha hasta la muerte que es un reflejo de la lucha del Molinero contra el Corregidor... igual que para Escudero su “Baile de los motores” representaba la lucha del hombre y la máquina, de la improvisación y la técnica mecánica.
Para Félix representó la lucha contra Diaghilev, Falla y Massine... la lucha para que le reconocieran públicamente su autoría...
¿Estamos ante la imagen de Félix Fernández García?
[EL SOMBRERO] Algunas preguntas (II): ¿de Leonidas Massine o de Félix Fernández García?
Léonide Massine tomó sus primeras lecciones de baile flamenco y danzas española en 1917 en Barcelona con Félix Fernández García. El bailaor había sido contratado por Sergei Diaghilev días antes en Madrid y no en Sevilla en junio de 1916 como se suele afirmar erróneamente.
En Barcelona, Léonide Massine también estudió con el Maestro José Molina del que Félix era discípulo. Nos cuenta Fernando el de Triana en su libro “Arte y artistas flamencos” (1935) sobre el maestro sevillano:
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Maestro José Molina |
<<Decano de los bailadores y bailarines andaluces. Como bailarín procede de la escuela en la que fue excelente profesor Ficanito Arenes, donde aprendió y ejecutaba irreprochablemente todos los bailes de palillos que se estilaban en aquella época, por lo cual fue dado de alta como uno de los discípulos más notables de la referida escuela. No conforme con eso, se dedicó Molina al flamenco, y en poco tiempo ocupó un buen puesto en la tanda de aquellos buenos bailadores que se llamaron Paco España, Rafael Vega el Quinquillero, Paco Currela, Morilla, Fernando Nieto, Wenceslao, Antonio Pina y otros de tan alta categoría artística. Como había nacido para artista enciclopédico y contaba con facultades para ello, se dedicó al cante y también acreditó su origen de castizo trianero, llegando a ejecutar todos los cantes de aquella gloriosa época
con delicada exactitud, aunque con alguna dureza de voz. Estableció Academia
de bailes en Madrid, Barcelona, Valencia y otras capitales de España, siendo
diferentes veces contratado para bailar en París y otros puntos del extranjero, donde siempre salió a éxito por actuación. Hoy vive en Madrid retirado del arte, por el peso de los años, en buena posición, pero llenos de achaques y molestias naturales de la edad y el trabajo>>.
José Molina pertenecía a esos nuevos artistas que surgen a finales del siglo XIX y que dominaban tanto la escuela bolera como la flamenca.
Entendemos que su discípulo Félix Fernández García sería un bailaor / bailarín con conocimiento de los bailes flamencos y los bailes españoles puesto que en el cuaderno de Massine (es una agenda a la que le faltan muchas páginas, ya que solamente contiene las correspondientes a algunos días de enero, febrero, marzo, abril y diciembre) nos encontramos unos símbolos con sus nombres correspondientes: terminación de panaderos, “fiflan” (flic-flac), pasada de planta, punta tacón, cepillar, 1/2 pasada, andar, salto, arrastrar, estirazar...
¿Pero era este cuaderno de Léonide Massine o pertenecía a Félix Fernández García?
¿Era este cuaderno de Félix y se lo regaló a Massine? ¿O Félix simplemente anotó los nombres de los pasos que le enseñaba a Massine en sus clases?
¿Fue Massine quien recogió estos pasos y explicaciones en este cuaderno comprado en España? o ¿Recogió Massine las pertenencias de Félix cuándo fue ingresado en Long Grove Asylum y se las quedó como recuerdo?
Todas estas dudas y preguntas surgen al analizar el cuaderno y apreciar que la caligrafía es cambiante en algunas páginas. Estas páginas contienen datos, notas musicales, esquemas y notaciones coreográficas, símbolos y alguna que otra reflexión sobre el baile flamenco y nos sirvió para la construcción de una de las escenas de nuestro espectáculo “EL SOMBRERO”... y será en un futuro cercano una nueva pieza coreográfica titulada "EL CUADERNO".
Pero, ¿cuáles han sido los motivos para preguntarnos a quién pertenecía este cuaderno?
La razón principal es, entre las ya planteadas anteriormente, esta nota en ruso:
Reflexión anotada en el cuaderno analizado y que pertenecía a Léonide Massine
ADENDA SEGUIRIYERA
Según nos cuenta Massine en su biografía My Life in Ballet, Félix, además de diseñar un sistema de notación del zapateado, bailaba mientras se autoacompañaba cantando las difíciles “seguidillas” y las alegrías.
Entiendo que estas difíciles “seguidillas” es el cante por seguiriyas. Ya sabemos que en aquella época se les llamaba así y que “seguiriya” es una deformación fonética de seguidilla.
Con lo que es lógico y normal que nos preguntemos si sabía Vicente Escudero que Félix (muy probablemente) bailara por seguiriyas ya antes de los años 20. Lo sabía Encarnación López “la Argentinita” cuando en las filmaciones de 1935 apunta tímidamente unos pasos por seguirIyas mientras que toca la guitarra Manolo el de Huelva. Tanto Vicente Escudero como “La Argentinita” tuvieron una estrecha relación artística y de amistad con el coreógrafo ruso.
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